Librero a mano — Julio y Agosto 2017

Cuatro libros fueron los leídos en estos meses. Todos escritos por la misma autora, la periodista italiana Oriana Fallaci (1929–2006). Entrevista con la historia (1974) se iba leyendo primero y entusiasmaba antes de llegar a la mitad. Preguntas incisivas no exentas de consecuencias, las cuales muestran una amplia radiografía del mundo durante esos años. Oriente Medio por ejemplo gana relevancia en la segunda mitad de siglo XX. Es oro puro las conversaciones con Golda Meir, Yasser Arafat, George Habash y el rey Hussein de Jordania. Figuras antagónicas que que con sus testimonios o evasivas nos darían un panorama amplio de la región en aquel entonces. Al ver de cerca la guerra de Vietnam, sin entrevistaría a los líderes de EE.UU (Henry Kissinger), Vietnam del Norte ( Võ Nguyên Giáp ), Vietnam del Sur (Nguyên Van Thieu) y Camboya (Norodom Sihanouk). Con Indira Gandhi y Ali Bhutto sería la misma perspectiva con el conflicto Indo-Pakistaní.
Tampoco dejarán indiferentes los encuentros con a otras personalidades, por desconocidos que sean. El caso del canciller alemán Willy Brandt, político caracterizado por intentar acercamientos entre las dos Alemanias durante la Guerra Fría. Mohamed Reza Pahlevi, último Shah de Persia antes de la Revolución Islámica en Irán. Helder Camara, arzobispo brasileño apóstol de la Teología de la Liberación y algunos otros. No se puede obviar la figura de Alexandros Panagulis; un político, poeta y activista contra la Dictadura de los Coroneles en Grecia. Oriana Fallaci habló con él tras ser liberado de la cárcel luego de obtener una amnistía. De todas las entrevistas recopiladas en el libro quizá sea la más extensa y emocional. Ambos mantendrían una relación hasta la muerte de Panagulis en 1976 por circunstancias sospechosas.
Por morbo Carta a Carta a un niño que nunca nació (1975) quedó fijado para leerse en el Día de la Madre. Malicia que se me purgó en culpabilidad al finalizar esta novela corta de 75 páginas. Un libro lleno de orgullo y remordimiento, donde autora detalla su experiencia al perder su bebé durante el embarazo. Un aborto espontáneo que tuvo mucho de voluntario por la forma de vida de la periodista. Solitaria cuando era hogareña. Independiente en constante viaje por trabajo. Libertina en sus hábitos y tiempo libre. Detallando algunas de sus experiencias de infancia y vida adulta ella puntualiza varias cosas. Sobre todo en que jamás encajaría en el rol convencional de madre.
Aún sin terminar de leer, Inshallah (1990) es una extensa obra de ficción que recrea las vivencias de los soldados italianos en Beirut. El título viene de la expresión árabe “insha’ Allah” que significa “si Dios quiere”. La novela es detallista sin abrumar sobre las particularidades y circunstancias de los personajes en la capital libanesa. Igual con reflexiones y monólogos. A veces con tono desengañado y otras con algún humor y situaciones irónicas. La guerra de Líbano fue otro conflicto que Fallaci estuvo de cerca como reportera. Ahí vio la transformación del país tras una compleja lucha de facciones, etnias y religiones. Además de los bandos establecidos. Las fuerzas multinacionales de la ONU poco podían hacer para apaciguar y mantener el orden. Como se lee en el inicio del libro, donde se narran los ataques suicidas a las bases norteamericana y francesa donde murieron alrededor de 300 soldados.
La rabia y el orgullo (2001) surgió con el calor de los atentados del 9/11/2001 en EE.UU. Fallaci, quien desde los años noventa vivía en Nueva York, sintió de cerca los efectos de los ataques terroristas. Es un libro intenso que prácticamente busca zarandear al lector. En un principio iba ser una columna para la prensa, pero terminó en 100 páginas aproximadamente. Por muchas experiencias que había vivido de cerca como reportera la escritora siempre fue recelosa y crítica del entorno musulmán. Le generaba desconfianza la creciente inmigración e influencia que ganaban los árabes dentro de la sociedad occidental. Igual que el carácter permisivo de las autoridades cuando éstos infringían la ley o alteraban el orden. Utiliza referencias históricas, tanto antiguas como recientes, sin emplear ningún eufemismo para denunciar la amenaza a los valores occidentales. Especialmente en la separación entre la Iglesia y Estado. Algo que para la italiana es inconcebible en los países musulmanes.
Con La fuerza de la razón (2004) la escritora amuebla mejor sus ideas y argumentos para seguir con la crítica de su libro anterior. Ésta vez no se limita en señalar a la sociedad musulmán. También a la europea, la que llama Eurabia. Ahonda en cuestiones más concretas en cuanto al origen de la influencia de las monarquías del Golfo Pérsico en el continente. Hay críticas abiertas donde pocos se salvan. Señala a la derecha política por perder la actitud visionaria de otras generaciones, cuando las clases altas lideraban diversas vanguardias. Mientras hoy cobardemente se limitan a adoptar posturas complacientes, sin arriesgar nada que merite costo político. Por otro lado a la izquierda la acusa por colaboracionista y aliando natural del islam. Ser de moral selectiva, perdonando todo lo cuestionable del entorno árabe y nada al judeo-cristiano. Y a todos por dejarse chantajear por las posturas políticamente correctas, algo que sacan provecho los musulmanes según señala.
Más que vehemencia el tono de La fuerza de la razón es pesimista y descorazonador. Es mucho sabiendo que Oriana Fallaci nunca supo de los atentados a la revista Charlie Hebdo, los de París en noviembre 2015 o los de Barcelona hace pocas semanas. En éstos últimos no hubiera tenido reparo en responsabilizar a las autoridades políticas catalanas por permitir que islamismo radical se asiente fuerte en su territorio. Además de sondear a sus militantes para conseguir apoyo político, en medio de la disputa secesionista con el estado español.
Si por un momento el lector podría al lugar de Oriana quizá preguntaría si es justo meter en el mismo saco a un grupo tan heterogéneo como son los musulmanes. Con todas sus diferencias en cuanto a etnias, geografía, formas variadas en la que practican el islam y la política. Igual con el señalamiento de los malos comportamientos de los inmigrantes también habituales en no musulmanes, como el machismo y el acoso callejero. Sin embargo, aún si hay a las dudas o se difiere en el mensaje, las obras de Oriana Fallaci son textos muy enriquecedores. Como divulgación histórica que mantiene la atención despierta en los acontecimientos y personalidades que conoció de cerca. En la ficción está esa sencilla pretensión de contar las historias en vez de demostrar que sabe escribir. Aún en sus opiniones polémicas, que suelen ser explotadas por la extrema derecha, deja abierta la referencia para que el lector indague y obtenga sus propias conclusiones.

BREVE BIOGRAFÍA
Oriana Fallaci nació en 1929 en Florencia y su infancia coincidió con la Italia fascista de Mussolini. Durante la Segunda Guerra Mundial ella y su familia formaron parte de la resistencia contra la ocupación alemana. Su padre un carpintero partisano sería hecho prisionero no exento a las torturas. En su etapa universitaria abandona sus estudios de medicina para decantarse por el periodismo. Se consolida en el semanario italiano L’Europeo donde empieza escribir artículos de espectáculos, llegando a conocer a figuras conocidas del cine. Un libro de esa época sería El sexo inútil (1961). Luego en la década de los sesentas le encomendarían encargos más de peso como la carrera espacial de la NASA, entrevistando a científicos y astronautas.
Sería corresponsal en la guerra de Vietnam, haciendo varios paréntesis en EE.UU. la cobertura de la muerte de Martin Luther King y Robert Kennedy. Tiene la ocasión de presenciar las revueltas estudiantiles y manifestaciones en contra de la guerra, de los cuales se referiría de forma crítica por el doble discurso de los jóvenes que pregonaban la revolución mientras en sus casas practicaban la vida materialista. En 1968 en México, vísperas a los Juegos Olímpicos, cubre una manifestación en la Plaza de las Tres Culturas y recibe una ráfaga de disparos. Sobrevivía a la Matanza de Tlatelolco gracias a alguien quien la encontró viva en la morgue.
Entre finales de los años sesenta y principios de los setenta haría una serie de entrevistas que se recopilarían en uno de sus libros más conocidos: Entrevista con la historia. Como periodista siempre fue incisiva con sus entrevistados, que más de una vez terminaba en antipatía hacia la italiana. Fue los casos de Henry Kissinger, Yasser Arafat, el dictador etíope Haile Selassie y sobre todo el Ayatolá Jomeini. El líder iraní sólo accedió ser entrevistado si la periodista vistiera el chador, una prenda empleada por las mujeres musulmanas chiitas que cubre todo el cuerpo menos el rostro. El encuentro entre Fallaci y Jomeini fue tenso, marcado cuando la italiana se quitó bruscamente la prenda luego de un comentario desdeñoso del ayatola. Igual de tensa fue la entrevista que le hizo Mohamed Ali, la cual estuvo a nada de terminar en golpes. El boxeador no queda bien parado, más por palabras que por su violencia. Sería mencionada en el libro La fuerza de la razón para denunciar la creciente influencia grupos como Nation of Islam en las comunidades afroamericanas.
En 1979 publica Un hombre, una obra centrada en la figura del griego Alexandros Panagulis; su pareja durante varios años. Durante los años ochentas va a la guerra de Líbano donde que surge Inshallah (1990), libro de ficción inspirado en los soldados italianos que entrevistó. En sus últimos años estuvieron marcados por la polémica de sus obras La rabia y el orgullo (2001), La fuerza de la razón (2004) y Oriana Fallaci se entrevista a sí misma — El Apocalipsis (2005); una trilogía de ensayos muy críticos con mundo musulmán. Desde los noventas escribe Un sombrero lleno de cerezas, una extensa novela inspirada en su familia la cual abarca varias generaciones. Se publicaría póstumamente en el 2008, al igual que otros escritos suyos. Fumadora empedernida muere por cáncer de pulmón el 15 de setiembre del 2006.
ENLACES
· Perfil en EPUBLIBRE (Libros digitales)
· La exagerada vida de Oriana Fallaci | EL PAIS
· Oriana Fallaci, la cronista del siglo XX a prueba de prejuicios y bombas | El Mundo
· Oriana Fallaci: la mujer que miró a los ojos del poder y el Islam | ABC
· Oriana Fallaci, foto di una vita in prima línea (Galería de fotos) | Rolling Stone
· EFEMÉRIDES: Hace cinco años fallecía Oriana Fallaci (Video) | EFE