Diez años de Another Earth
Cuando los primeros exploradores atravesaron el Atlántico se pensaba que el mundo era plano. Se pensaba que si uno navegaba hacia el oeste lo suficiente iba a caer de un plano hacia la nada. Esas naves que navegaban hacia lo desconocido no llevaban nobles, aristócratas, artistas, comerciantes. Su tripulación era gente que vivía al margen de la vida: Locos, huérfanos, ex presidiarios, parias. Como yo. Como ex presidiaria, no soy candidata para casi nada. Pero quizá sí soy candidata para esto. Quizá soy la mejor candidata.
No recuerdo exactamente cómo supe de Another Earth y de Brit Marling. A finales de 2000, cuando muchos nos conectábamos con Racsa 900 y el ancho de banda en las casas no pasaba de los 250 Kbps, era un empedernido de los blogs de cine y parecidos. Yo tenia mi propio blogspot donde divagaba precozmente sobre películas y parecidos. Algo que no ha cambiado mucho al día de hoy. Todavía faltaban años para el auge de Netflix y de las redes sociales actuales. Muchos descargábamos cine clásico, independiente y palomitero de toda época que otros subían a Megaupload o Rapidshare. Tanto en archivos fragmentados que se descargaban por partes de forma directa o vía torrent. La calidad solía ser DVDrip, el HD de entonces.
La película que escribió y protagonizó Brit Marling se estrenó por primera vez en enero de 2011, durante el festival de cine en Sundance. Ahí tuvo bastante notoriedad, ganando varios premios y nominaciones. Pero como toda película independiente su fama y éxito comercial suele ser bastante limitados fuera de los festivales. Tras saber de Another Earth pasé todo el año buscándola en internet, hasta que pude dar con ella en los últimos meses del año. Todavía hoy me sigue fascinando. La vuelvo a ver año con año desde entonces y en mis peores momentos es más que un bálsamo reparador.
Another Earth es una película dramática de ciencia ficción, en la cual Rhoda (Brit Marling) es una talentosa estudiante que va a estudiar astrofísica en el MIT. Tras una noche de fiesta, ocasiona un accidente de terribles consecuencias para una familia que se encontraba en su camino. Esa misma noche el planeta Tierra se ve replicado en el cielo al igual que la Luna y todos parecen perturbados. Rodha por lado va a la cárcel a cumplir cuatro años de condena.
Una vez fuera de las rejas el mundo que conoce ha cambiado. Hay paranoia y recelo sobre el duplicado planeta Tierra. Una agencia espacial privada desea llevar un voluntario mediante un concurso de ensayo. El filme no se va de dramas multitudinarios, más bien va de individuos. Rhoda está consumida por el remordimiento y la apatía. Ni un acontecimiento de tal envergadura la saca de su mutismo. Le parece algo muy secundario al principio. Pero como muchos le despierta la obseción en saber si el yo en la otra Tierra tiene una mejor o peor vida. Si comentio los mismos errores o tuvo las mismas oportunidades. Si es alguien más feliz o desgraciado, etc.
Sin ambiciones se limita a trabajar como conserje en un colegio. Cohibida de amigos y conocidos que lograron trazar un rumbo de vida más ejemplar. Adopta un estilo de vida austero, incluso en su propia casa. Pero una oportunidad de redención sale a la mano cuando conoce a John Borrows (William Mapother), un talentoso músico quien sobrevivió al accidente que Rhoda ocasiono y quien no sabe de ella. Además, decide participar en el concurso de ensayo para aspirar a ser seleccionada a viajar a la Tierra 2. Es el fragmento que encabeza este texto.
Brit Marling como cineasta (actriz, guionista y productora) desarrolla historias fantásticas con un enfoque bastante humanista. Ella es la creadora de la serie de dos temporadas The OA, que está disponible en Netflix. En Another Earth no me son ajenos esos sentimientos de abatimiento y derrota que tiene la protagonista. Donde salda cuentas en vida adulta por desaprovechar las oportunidades o por cometer errores irreparables. Visualmente es una película evocadora, por todas esas tonalidades frías y azules que marcan en ánimo de los personaje. Sin estridencias más que las oportunas y al igual que la ciencia ficción más trascendental, busca dar más espacio al silencio interior y a lo que transcurre en la mente. Un cine que nos pone a divagar e incluso aliviar.